Cómo hacer un can can fácil

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Con una falda, una cinta y una varilla

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Con muy pocos materiales podemos hacer un can can. Foto © Marian Álvarez

El can can se llama así en España y en Puerto Rico. En Colombia y México se conoce como crinolina, como fustán en Costa Rica, sayuela en Cuba y miriñaque en Argentina.

Parece que una prenda que nos recuerda a otras épocas nunca nos va a hacer falta en casa, y menos para las niñas actuales. Sin embargo, cuando se tienen hijas, tarde o temprano necesitarán darle volumen y voluptuosidad a una falda o un vestido, bien para disfrazarse de princesa, en Halloween o carnaval, en el colegio o en alguna fiesta tradicional, o bien porque toma la comunión, o se viste de gala para alguna ocasión especial o ceremonia familiar.

Hacer esta entrañable prenda de lencería para una niña es muy fácil, sobre todo si lo realizamos de esta manera rápida, sencilla y sin demasiadas pretensiones.

Materiales:

Lo que necesitamos es tela blanca de algodón fino o de tul para realizar una falda, o bien una falda blanca que ya tenga la niña y no vaya a ponérsela.

La falda debe ser tan larga como los trajes bajo los que se vayan a utilizar. Normalmente el can can llega hasta unos centímetros más arriba de los pies. Puede hacerse una falda fruncida con goma elástica, tal y como explico aquí, o bien con una cinturilla tradicional, como te muestro aquí.

También necesitaremos  cinta de algodón, útiles de costura, máquina de coser, y lo más importante y diferenciador, varilla de corsetería, de venta en tiendas de costura, de manualidades o mercerías.

Se trata de una varilla plástica flexible pero firme, que se utiliza para dar cuerpo en prendas de corsetería y vestidos de novia, disfraces de época, etc. Se puede comprar por metros y se corta con facilidad.

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Realizamos una jareta o vaina

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Cosemos la cinta que albergará la varilla. Foto © Marian Álvarez

Nuestro can can, pensado para ser usado con disfraces,  está realizado aprovechando una falda de algodón blanco, rematada en el bajo con delicados bordados suizos, que estaba en desuso.

Debemos comprobar que la cinta de algodón cubre la totalidad del ancho de la varilla, más unos milímetros que se ocuparán en las costuras.

Trabajamos por el revés de la falda. Justo en el bajo colocamos la cinta de algodón cubriendo la totalidad del vuelo de la falda. El comienzo y final de la cinta debe hacerse aprovechando una costura de la falda.

Fijamos con alfileres primero, y con un hilván después, y pasamos un pespunte a máquina a ambos lados de la cinta. Dejamos unos centímetros más de cinta al final para montarla encima del comienzo y rematar mejor la jareta o vaina. Así nos aseguramos de que la varilla no se “escape” por la apertura con facilidad, si fallan las puntadas que la cierran.

Si la niña ya tiene una altura mayor de 1,20, se puede realizar otra jareta o vaina de la misma manera que la anterior a la altura de medio muslo, o debajo de la cadera, para que el vuelo quede voluptuoso desde más arriba, según el vestido que debe armar. Una prenda que quedaría bien con un can can de doble armado sería, por ejemplo, un vestido de fiesta de tul.

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Introducimos la varilla

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Introducimos la varilla, con los bordes suavizados. Foto © Marian Álvarez

Una vez cosida la cinta sólo tenemos que introducir con cuidado la varilla en el interior de la vaina.

La varilla debe medir exactamente la misma medida de vuelo total, para que al juntarse ambos extremos, deje bien estirado todo el vuelo de la falda.

Conviene quemar con una cerilla o mechero los extremos de la varilla, y manipularlos con los dedos en caliente. Con esta acción redondeamos y suavizamos los cortes, y evitamos que su dureza termine por desgastar y romper la tela de la falda o de la cinta de algodón.

Una vez introducida, podemos fijarla con cinta de tela adhesiva o esparadrapo.  También puede dejarse suelta si la vaina se ajusta perfectamente a su anchura.

Aunque un can can de niña no es muy aparatoso, por muy sencillo que éste sea, puede ser complicado guardarlo con las varillas puestas. Para ello es conveniente superponer unos 2 centímetros de la cinta de algodón tapando la apertura, pero sin cerrarla con unas puntadas. Así, se puede sacar la varilla con facilidad para guardar la prenda.

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Can can listo para usar

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El can can, listo para dar volumen a cualquier vuelo. Foto © Marian Álvarez

Ya tenemos el can can acabado. El de la fotografía es muy sencillo, porque se ha realizado reciclando una falda usada, y tan solo marca el volumen en el bajo. Pero sería muy fácil, repitiendo el proceso explicado, armar el can can con otra varilla en la mitad del largo, o con varias varillas perpendiculares perfectas para, por ejemplo, lucir luego un vestido de época.

Un  can can como éste sirve para los disfraces de Halloween, para los vestidos largos de ceremonias, para los disfraces de princesas… Para cada ocasión en la que nuestras niñas quieran disfrutar de un magnífico vuelo en sus vestidos.